Bailarina de chichinabo
Si queréis conocer una de mis aficiones más duraderas...os enseñaré mis maravillosas jotas castellanas.
Cierto es que a la gente le llama la atención que alguien tan joven siga en bailes tradicionales, en lugar de irse a por el baile moderno y esas cosas que se llevan hoy en día.
Y es que llevo bailando desde los 4 años, y bien podríais decir...de pequeña te apuntan tus padres y no te queda otra de seguir adelante con ello, pero ya de mayor...como que te cambias porque esos bailes son un rollo de viejas, de esos bailes que ven las abuelas en Castilla y León televisión. Pero no, es un ambiente muy movido, que te ayuda a conocer gente, se socializa bastante con gente de otras ciudades e incluso países. De no ser por baile, yo no creo que hubiese ido a Marruecos.
Teniendo en cuenta que se pasan también por altos y bajos; quieras que no, es un grupo de personas, y tras los años vas conociendo muy mucho a las personas y no estás bien con todos. Aún así, siempre te quedarán los ensayos, los instrumentos que aprendes a tocar, las amistades, las actuaciones (ya sea en un pueblo o en una gran ciudad)... Puede parecer cansado el tirarte todo el invierno ensayando, pero en verano viene lo bueno y todos nos acabamos uniendo para sacar la mejor actuación posible. No importa el calor que haga, que nosotros nos pondremos nuestros trajes con 8000 capas y mantas, a dar todo lo que podamos y un poco más.
Como todas las aficiones, sarna con gusto no pica.
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